−“Dios-Causa estaba solo y estaba
acompañado. Era uno y eran dos. Se creó solo y se crearon el uno al otro, pero
nadie los creó. Es lo que tiene Dios-Causa, Nike, que es inefable e
inaprensible. Pero en mi cabeza sé que es así. Y al mismo tiempo era mujer y
era hombre, ambos a la vez. O si no, ¿cómo iba a engendrar a todas sus hijas e
hijos? ¿Con quién? Todo en él era Belleza y armonía y deseos de crear. Vivía en
una nebulosa, sin espacio ni tiempo todavía, y sentía la voz de la Urgencia,
don que estaba en él pero que él alumbró, de expandirse e inventarlo todo. Y
antes de hacer la creación cada cosa estaba en su orden preciso. No había
ningún tipo de tensión, porque no tenía quien se le opusiera. Y es justo que
sólo él pudiera contemplar esa perfección o de otro modo sus criaturas no lo
habrían podido soportar. Sus criaturas…,
bueno, no sé mucho de todo esto, Nike, porque no nos vamos a ocupar de
Dios-Causa, pero por fin un día se decidió a darles vida, y fueron hembras y
varones, sus hijas e hijos, los primeros seres-dioses…”
−“¿Seres-dioses, señora Oakes?”
−“Y también he dicho hijas e hijos.
En nuestro pequeño cosmos, nosotras hemos llegado primero, y los hombres no
tienen problema en invertir la habitual secuencia. En cuanto a lo demás, déjame
explicártelo bien, Nike, si es que puedo. Verás. Todos somos seres que seremos
dioses. No hay muerte ni eternidad. Iremos de mundo celeste en mundo celeste
hasta que cada uno creemos nuestro propio Universo. Y en ese infinito crearemos a nuestras
criaturas, que serán seres que un día habrán de ser dioses también de los
universos de su propia creación, que funcionarán con las leyes que ellos les
han hayan querido dar, cada cosmos diferente con leyes diferentes,
seres-dioses, hijos nuestros, que a su vez idearán a sus criaturas, y nosotros
participaremos de todo eso, de nuestras criaturas y de las criaturas de
nuestras criaturas y de sus universos en un vértigo infinito, y ellos tendrán
leyes distintas a las nuestras, y pugnaremos con ellos, a veces desafiándolos,
a veces dejándonos convencer de que lo que han hecho es bello y es bueno. Sí, Nike, así veo la finalidad de la
creación. Y no sabemos cuántos universos hay creados ya. Así que el nuestro
podría provenir de la primera hija o hijo de Dios-Causa, pero también de sus
nietos o bisnietos… Si me pongo a querer saber cuántas generaciones hubo entre
Dios-Causa y Dios-Destino, cuántos universos, cuántos distintos seres-dioses,
podría perder la razón y nunca lo averiguaría.”
−“¿Has dicho hija? ¿Es porque
siempre las mujeres van primero? –pregunté asombrado.”
−“El Universo es una mujer, Nike,
pero si me interrumpes tanto, no podré contártelo.”
Recordé que le había oído esa frase a Bruce y que había pensado que
hablaba en literatura. Pero al fin y al cabo la señora Oakes también estaba
haciendo literatura.
−“Te estaba diciendo que creó a sus
primeras hijas e hijos, todos seres-dioses independientemente de su sexo, y
cada uno acabó siendo diosa o dios de su universo. Cada universo tiene una u
otro independientemente de que el universo sea femenino o masculino. Sé que
nuestro universo es femenino, Nike, luego te lo explicaré. Pero hay que
distinguir entre Dios-Destino, que participa en cada uno de los universos
creados por toda su prole, y los llamados Dioses-Universo, uno por cada mundo
celeste, pero como no los conozco a todos, llamemos Diosa-Universo o Universo a
secas al nuestro, cuyo mundo celeste es femenino, regido también por una diosa.
Y en cada universo, y por tanto también en el nuestro, siempre se observa la batalla
entre dos tensiones, porque Universo hace sus leyes, pero constantemente
supervisadas por Dios-Destino. ¿Comprendes todo esto, Nike?”
−“Muy vagamente, Señora Oakes. Pero
todo eso, ¿Qué influencia tiene en nosotros?”
−“Déjame contártelo como dios manda,
y no me preguntes si el que lo manda es Dios-Destino o Diosa-Universo, o no
acabaremos nunca. Tanto el dios padre de todo, como su hija o nieta Universo,
señalan un camino a sus criaturas, un camino previamente elaborado hasta el más
mínimo detalle, y con un objetivo de vida o con varios, otra de las cosas que
me inquietan, porque no las sé. O sea, se le asigna a cada criatura un camino
de tierra o de agua, sendero o río: nacimiento, umbral del camino; unos mojones
o, en el caso del camino de agua, las olas, que serán sus etapas; unos
pasajeros, peatones o navegantes, con los que compartirán sendero: amigos,
familia, desconocidos, personajes que irán entrando en sus vidas por orden
cronológico e irán modificando sus trayectorias; unos árboles o sirenas, los momentos felices de su vida; rocas o
arrecifes, los momentos infelices; y al
final el hogar, si el camino es de tierra, o el mar, si es camino de agua: la
muerte.
−“Creo que tu camino es de agua.
Pero si te inquieta, te diré que muchos poetas han visto la imagen del mar como
la muerte, pero para mí los ríos en el mar no mueren, y quizá no muramos y,
como ellos, sólo cambiemos de estado” −me dijo al leer en mi rostro que me lo
había estado preguntando.
−“Por tanto todo está previsto, y no
deja de haber una enternecedora belleza en todo eso. Y al mismo tiempo un
horror: no hay posibilidad de escapar de la senda que nos ha sido preparada.
Eso parece, ¿Verdad, Nike? De todos modos Dios-Destino y Diosa-Universo nos
aman. El primero ya nos había legado la Libertad, decisión entre dos o más
opciones, ¿pero hay Libertad si ya se tenía previsto en cada punto del sendero
cuál habría de ser nuestra decisión? La fe o la filosofía a veces han
respondido que sí. Si tenemos que elegir entre A y B, y Dios-Destino sabe que
escogeremos la B, ¿qué nos importa, si nosotros no sabemos que esa opción era
la determinada de antemano? Así, en cada momento de duda entre opciones
creeremos que somos libres. Si es un engaño, es bello también, como todo en la
creación. Seguro que tiene que haber mucho más, Nike, pero no podemos
comprender a Dios-Destino, porque nadie nos lo ha sabido explicar. Pero el
cuento sigue. Sea como sea Dios-Destino, su hija Universo, que parte de él, que
lo ama y es amada por él, pero que no es él, en la Libertad que su padre le
dio, aceptando el don de crear que se le ofrecía, en lo inexorable del padre y
en lo flexible por amante de sus criaturas, Universo ofreció una segunda
solución: la rectificación. Al ofrecerla, el universo se encogió por primera
vez.”
−“Perdona que te interrumpa, pero yo
no sé si quiero convertirme en todo lo que dices. Es demasiada responsabilidad,
y si fuera cierto que estamos aquí para un aprendizaje, la verdad es que he
desperdiciado años valiosos, toda mi vida hasta ahora, y no sé cuánto me
queda.”
−“Lo sé, Nike, pero piensas con
escala humana. Para llegar a ser lo que has de ser, has de pasar primero por
las once estancias.”
−“¿Once?”
−“Sé que es confuso, porque cuando
luego te hable de los dones del Universo te nombraré ocho. Pero creo que son
once, aun cuando ignore los nombres de los últimos tres. Pero para llegar a ser
seres-dioses, habremos de pasar por once mundos. La gente suele preguntarse a
menudo de dónde venimos y adónde vamos. Se lo preguntan, sí, pero descuidan con
frecuencia interrogarse por el principio. Tal como yo lo veo, ya hemos pasado
por una estancia y por eso ya nacemos con la Libertad. Algunos lo han llamado
el libre albedrío. Y muchos también han descrito la vida en esta estancia como
un valle de lágrimas. Necesarias las lágrimas, que siempre limpian. Tal vez por
esa razón, vivamos en la segunda estancia: el Horror. Y sin él nunca se podrá
alcanzar la Sabiduría. Es un viaje pensado hasta el último detalle y todas las
etapas son necesarias, y cada una tiene su razón de ser. Y si un caminante se
extravía, el Universo se encoge y se rectifica”.
−“¿Se encoge y se rectifica?” −ya no
entendía nada. De repente todo se volvía magma. Hasta el universo parecía
aprender de sus errores.
−“El Universo se rectifica cada vez
que observa a uno de sus seres caminando por el precipicio. Créeme, Nike, ya se
ha rectificado para ti, y seguramente volverá a hacerlo. Pero los de aquí abajo
no siempre somos capaces de notarlo. Mi opinión es, por ejemplo, que nunca se
ha llegado a encontrar esa serpiente porque nunca ha existido. Fue una
rectificación del Universo para que permanecieras aquí, y cuando lo logró, su
efímero vivir se perdió para siempre porque ya no tenía razón de ser. Sólo
existió diez minutos.”
Hasta ese momento en el salón de Protch yo no me había adentrado en el
sofá. Y cuando lo hice, fue una reacción estremecida la que me hizo
introducirme hasta el fondo para que mis pies no se tambalearan tan cerca del
suelo y no volvieran a sentir el vértigo que habían sentido esa mañana del 4 de
agosto. La historia de la señora Oakes podía ser tachada de ingenua o
arrogante, pero lo explicaba todo, hasta mi mordedura.
−“¿Se dio cuenta Protch de ese
detalle?”, el fuego estaba logrando que me invadiera cierto sopor, “¿y qué te
dijo?”
−“Ciertamente se dio cuenta. No sé
si me creía, es decir no sé si creía la historia de la señora Oakes, pero él
también tuvo que sentarse. Llevaba un rato de pie arreglando un florero. Creo
que en adelante me escuchó sintiendo el vértigo que sin duda yo le estaba
transmitiendo”.
−“Se rectifica, sí −continuó−, pero
también se encoge. Toda esta historia, Nike, que igual te parece ridícula −como
pude, con algún gesto, me apresuré a asegurarle que la creía. ¿La creía?− puede
ser sólo imaginación, pero ya anoche te insinué que sí es imaginación, ha sido
imaginación de muchas personas, además de Jacques Verôme y yo. Y puede que
algunas de ellas estén cuerdas. Seguro que más de una vez has oído que a
alguien se le encoge el corazón. A ti te acaba de pasar −nunca tuve que
contarle nada. Creo que sobre mí lo sabía todo−, y entiendes que no te cabe
más. Al Universo le sucede igual. A Ella le ocurre lo mismo.”
−“¿A ella?”
−“Es que debería ser la Universo,
porque es hembra. Para no decírtelo así, ya sabes que Ella es él. Mira, Nike,
el Universo lleva en su vientre a sus criaturas, las amamanta, tiene forma de
útero donde dar a luz, de regazo donde acurrucarnos, se encoge y rectifica para
educar a sus criaturas. Es una mujer.”
−“Y con la Vía Láctea hasta les da
la leche a sus descendientes.” −dije, buscando más relaciones.
−“Bello símbolo, pero la vía láctea
es sólo nuestra galaxia, no el Universo, y hay otros mundos celestes.”
Pero la señora Oakes sí fue nuestra vía láctea, la que nos dio a todos
el calostro que nos fue creando.
−“Y si el Universo es una mujer, la
Tierra es un hombre: pensarás que también tiene útero y regazo. Pero es que el
Padre también acoge. Mas es la Tierra la que pone la semilla, la que planta, la
que abona. Y poco más, porque excepto en eso las mujeres y los hombres son
iguales. Luego juntos la madre Universo y el padre Tierra se encargan de nutrir
y de educar. Pero te explicaba que al Universo le afecta la Conmoción. Y como
soy mendiga, te diré que se encoge si alguien ofende o ataca a un mendigo, o
cuando uno de ellos está al borde del abismo, como haría una madre amantísima.
Si no es mendigo, supongo que también, porque toda mujer y todo hombre son
seres-dioses. Cuando quiere salvarte del despeñadero, tras encogerse se
rectifica, desvía a sendas inesperadas, porque en ellas aguarda la felicidad. Pero
hay que buscarla. Pero cuando se encoge, se hace más pequeño, cambia sus
dimensiones y esto puede ser una catástrofe para todos, pero sobre todo lo es
para el ofensor: lo aplasta, lo tritura.”
−“Yo una vez creo haber insultado a
dos mendigos.”
−“Seguramente. Por eso durante años
te has sentido aplastado. Pero el Universo te lleva hasta el Reconocimiento de
la Aceptación cuando realmente te ama. Si un día se encogió por ti, hoy lo hará
para ti. ¿Ves la diferencia?”
−“Muchos conceptos. No sabría qué
responderte.”
−“Muchos conceptos. Y aún no hemos
llegado a Verôme. Nike, si el Universo se quiere rectificar, te sitúa en
Verôme, en singular. La secuencia te puede resultar confusa. Pero tal como yo
lo veo primero llega Verôme, luego los dones del Universo y al final el
Reconocimiento de la Aceptación. Pero ésta última sale de todos o, si lo
prefieres, está en todos. A ver, Nike. Anoche Miguel te nombró los ocho motivos
de Verôme, los que yo conozco, porque ya te dije que creo que son once. ¿No
notaste que faltara algo importante?”
−“La felicidad. Ah sí, y el amor y
la amistad.”
−“Vamos por partes. La felicidad no
sé donde está, pero creo que llega cuando aceptas los ocho signos positivos. La
amistad está en otra cara de la Belleza. Pero ¿dónde está el amor? Llevo años
pensando en todo esto. Yo creo que el amor es el noveno signo, o incluso que el
Reconocimiento de la Aceptación y él podrían ser lo mismo. Consecuencia de los
ocho, noveno signo, que está en todos y de todos parte. El Reconocimiento de la
Aceptación es tan confuso como el amor, tan imposible de definir. Pero los
dioses son amor. Y armonía. Estábamos en que el Universo se rectifica y te
sitúa en Verôme. Ya sabes que éste, en singular, es la prueba del Universo. En
plural son los ocho dones. ¿Lo tienes más claro?”
−“Sería insensato responder que sí.
Pero te escucho interesado.”
−“Ten paciencia. Estoy llegando.
Cuando el Universo te sitúa en Verôme, te ofrece mirar por un Espejo de dos
Cristales y cuatro Decisiones. Los cristales son dos: el cristal limpio y el
cristal sucio. Nike, ¿cuál crees tú que es el mejor de los dos?”
−“¿El limpio?” −respondí inseguro
−“Si alguien pretende engañarte,
exhibirá un cristal limpio para que veas lo que él ha querido que veas, todo su
nauseabundo truco, en toda su nitidez embaucadora. En cambio un cristal sucio
obliga a mirar mejor, porque no se percibe con claridad. Y si se atraviesa el
hollín, sale limpia la verdad. La Penumbra te enseña a estrenar los ojos.
Dicen, no sé si es cierto o no, que los niños nacen ciegos, en cierto sentido
perciben la vida por el cristal sucio, y eso enseña a abrir otros sentidos,
pero ellos siempre saben la verdad sobre a quién querer. Sólo más tarde, cuando
ven por el cristal limpio, empiezan a engañarse. Pero lo llamé también de cuatro
Decisiones. Nike, la primera deidad que te tomó, como le ocurre a muchos, es el
Reconocimiento de la Aceptación, que también tiene doble faz, o digamos mejor
doble orientación. Me entenderás mejor cuando le des el valor al re.”
−“¿Al re, has dicho?”
−“Déjame poner el énfasis en la
primera sílaba y pronunciarlo así: Re-conocimiento de la Aceptación.” Te
re-conoces, vuelves a saber quién eres, y re-conoces a los demás: los que
creías que eran arbustos, los re-conoces como flores. En un momento determinado
ves a un sujeto extraño, tú mismo, por el cristal limpio o por el cristal
sucio, y te asumes o te espantas. Cuatro decisiones. Puedes reconocerte y
gustarte, y por tanto aceptarte. Eso es vivir en la afirmativa. Esa es la
primera opción, la primera vía para el Re-conocimiento de la Aceptación, ves
quién eres y te aceptas, y aceptas a los demás. Pero vivir en la afirmativa no
supone retos, es un camino fácil y trillado, sin muchos obstáculos, no muy
positivo para aprender, que es el fin de la vida. La segunda opción es que te
re-conozcas y te espantes de lo que ves. Te pasas la vida haciéndote preguntas.
Es vivir en la interrogativa. Y no hallas las respuestas. Creo que éste ha sido
tu camino, pero tienes una segunda oportunidad porque has aceptado la Libertad,
la de ti mismo y la de los demás, y ya puedes avanzar. Por cualquiera de los
cuatro caminos se puede llegar a la Libertad, pero vivir sin respuestas es
duro, y por eso tu Verôme puede ser largo, lento y doloroso. Pero no temas,
Nike. Llegarás a la felicidad. Las dos opciones que quedan es que escojas el
cristal sucio. Veamos. No te reconoces muy bien, pero miras mejor y más
profundamente y te aceptas. Eso sería vivir en la exclamativa. En esa
disposición de ánimo, todo sobrecoge, hace dudar, te arrebata el infinito. Así
estuvimos anoche. Y la cuarta decisión, o camino, es que no te reconoces, pero
sientes tantas dudas que no te aceptas. Es vivir en la negativa, el camino más
común, el de casi todos los mortales, el de los hombres sin credos que no ven la
felicidad, que está tan cerca del corazón que podría acariciarlo si la vieran.
La negación de todo, la nada más vacía y absoluta. Estos son los caminos. Sé
que siempre hay al menos cuatro caminos. Y veo en tus dudas que quizá hayas
caminado un poco por todos. Pero transitando por cualquiera de los cuatro,
puedes ver la Libertad. Pero retrocedo un poco. Porque la Libertad no es
absoluta, y al ser humano no le ha sido permitida la creación, pero sí la
Re-Creación. ¿Lo ves, Nike? Otra vez re.”
−Me estuvo hablando de la
re-construcción y la re-dención, las que empecé a forjarme para llegar un día a
mi re-surrección.
−En una semana en que estabais
esperando a ver si al final llegaba Ré-gulo
−Tantos años y no lo había visto.
Protch, deberías tener una estrella.
−Gracias, Nike, pero no las conozco,
y prefiero esperar a ver si un día me regalas una.
−Yo no las conocía la noche
anterior, pero ahora sí. Veamos, ¿qué signo eres?
−Acuario.
−¿Y Maudie? No quiero dejarla atrás.
−Libra
−Quizá entonces Sadalmelik y Zuben
Elgenubi. Pero son poco brillantes. Sería más fácil si no tuvieran que ser de
la Eclíptica.
−Deja la Eclíptica para vosotros. Si
no te entendí mal, la Eclíptica es el sur, pero tú también tienes el norte. Mi
mujer, como yo, querrá estar cerca de ti.
−Gracias, Protch. Entonces es fácil,
porque quiero que seáis brillantes y que siempre estéis juntos. Maudie podría
ser Gemma, de la Corona Boreal. Y tú podrías coger Arturo, del boyero, No son
la misma constelación, pero se ven juntas y muy brillantes. ¿Te parece bien?
¿Te las anoto?
−Gemma para Maude; Arturo para mí.
Son fáciles de recordar: no necesitarás escribírmelas. Me gustaría verlas.
−Eso me ocurría a mí con Zosma, pero
tuve que esperar. Y a vosotros os ocurrirá lo mismo. Se verán en verano.
−Esperaremos con ilusión hasta
entonces. Entretanto me conformaré con el estremecimiento de que este invierno
haya venido a visitarme la Estrella Polar.
−“Re-crear, tal como yo lo entiendo,
sería dar una segunda forma a lo que ya esté creado, coger varios hechos reales
y convertirlos en un cuento. Entonces sólo hay que imaginar, que también nos
está permitido, como yo a lo mejor con toda esta historia. En todo caso no
estoy creando. O bien re-creo lo que he visto o bien deliro. Pero no tomes todo
lo que te diga por profecía.
−“Perdona que te interrumpa. A mí me
parece que sus palabras tenían un tono bíblico, eran una cosmogonía. Te explicó
los conceptos con Claridad. Mas como en cualquier escritura, todo estaba
permeado de Penumbra. Pero más que ser profeta, ella te hizo un evangelio. Eso
sí, apócrifo. Una de las razones para mí de estas hogueras”, dijo entre
lágrimas, “era volver a escuchar sus palabras a través de tu voz”.
−“Siempre te he dicho que deberías
escribir.”
−“Pero al ser humano no le está
permitida la creación.”
−“Quizá. Pero si fuera cierto que
hay once estancias, ya no seremos humanos, sino seres celestes. Y, en cualquier
caso, en esta segunda estancia, siempre te quedará la opción de re-crearnos.”
−“Acaso un día. Pero tal vez para
eso deba vivir primero en algún momento mi motivo de Verôme.”
−“Y después del Espejo de dos
Cristales y cuatro Decisiones, los motivos de Verôme te llegan si tomas primero
la Libertad. Todo empezó para ti cuando encontraste a Miguel y John. Te
empezaste a aceptar al aceptarlos, llegó tu Libertad cuando tu alma permitió la
Libertad de los demás. Re-conocimiento. Dos direcciones. Por eso te digo que la
Aceptación puede llegar en cualquier momento. Tú empezaste en ella. Y mira
Nike, no te asustes de lo que te diré: como los motivos de Verôme son ocho, o
dos veces ocho, puedes mirar cada par, positivos y negativos, como si fuéramos
nosotros en orden cronológico. Pero siempre hemos estado esperando al octavo
motivo de Verôme. Y yo creo que eres tú. No temas. Durante años me devané los
sesos, cuando íbamos siendo cuatro, cinco, seis, hasta que llegó Luke, el
séptimo. Pero lo que no vi, por eso te digo que no has de tener temores, es que
el octavo podía permanecer con nosotros sólo unos días o toda la vida. Pero no
tiene por qué ser toda la vida. Sólo sabía que tenía que contarte todo este
delirio. Porque escuchándote me comprendo, y entiendo mejor todo. Y creo que un
día me explicarás incluso a Dios-Causa. En cualquier caso, mi mente está
conectada con la tuya. Me comparaste con tu abuela. Déjame que, en cierto
sentido, seas mi nieto. Te he estado esperando muchos años. Así que el primero
es la Libertad, el faro que apunta con su luz potente hacia los otros siete
dones. Cada ser-dios es libre de tomarla o no. Y sólo si la tomas, te llegan
los otros siete, siguiendo cierta secuencia lógica.”
−“Veamos.”
−“Veamos. Muy escasos son los
hombres que toman la Libertad. Todos somos, o deberíamos ser, iguales en
derecho. Pero hay muy pocos hombres verdaderamente libres. Porque la Libertad
aterra. No se sabe bien qué hacer con ella, y para que dé sus frutos, hay que
llegar al Horror.”
−“¿Pero el Horror es positivo?”
−“Muy positivo, Nike. No hay
Sabiduría auténtica sin primero haber conocido el miedo, incluso el terror.”
Me resultaba fácil ver en la señora Oakes la Libertad. Entonces Olivia
debería ser el Horror. Al fin y al cabo, cuando un día conocí su historia, vi
que en su terror había parido a Lucy, la Sabiduría.
−“Y la Sabiduría no te la voy a
tener que explicar. Es conocer el verdadero nombre de las cosas, captar su
alma. Pero ver el camino que se sigue hasta los siguientes dones no es
sencillo. Quizá porque Dignidad, como amor o respeto, son imposibles de
definir.”
−“Re-speto” −le respondí
−“¿Lo ves, Nike? Todo te conduce a
re. Empiezas a ver las re-laciones. Primero creerás que no las ves, pero yo
creo que re-lacionar te hará un día no cometer una injusticia con los que más
quieres. Pero aunque ya una potente luz te alumbra, la última re-lación te la
harán cuando pasen unos años, y no será uno de nosotros.”
−Nike, hay sitio en el sofá. Déjame
sentarme a tu lado o siento que voy a desmayarme. Así que la señora Oakes te
estaba hablando de mí.
−Me estaba hablando de ti, Protch.
Pero yo sólo lo he sabido hace unos minutos, aquí en tu salón, cerca de tu
Júpiter Dios-Destino. No podía ser de otra forma.
−Realmente me gustaría conocerla.
Qué gran mujer, Nike.
−Otra vez acertó. Y quizá siga
acertando contigo. Sus profecías están llenas de Penumbra. Hay que saber
escudriñar entre la bruma y ver el camino. Quizá sea cierto que todo camino es
un viaje. Pero yo no sé cuándo comenzó el mío, mi motivo de Verôme.
−“Yo no sé cuando comenzó mi motivo
de Verôme, o si no tuvo un eterno comienzo, una y otra vez. Y tampoco sé cuándo
terminó, a no ser que concluyera en ti, o si para terminar necesito que tú me
sigas.”
−“Ré-gulo y yo. Sí, quizá. Empiezo a
comprender. Empiezo a re-lacionar. Pero yo te veo más caminando por la
Eclíptica, saltando en tu confusión de constelación en constelación.”
−“Tal vez por eso mi viaje fuera tan
largo. Ya te digo que deberías re-crearnos. Pero si un día lo hicieras, no
olvides tus primeras inspiraciones.”
−“Contarse al menos dos veces. Quizá
también toda historia debería leerse al menos dos veces, ¿no crees?”
−“Creo. Pero para que pueda leerse,
antes hay que escribirla. Hazlo.”
−“Te estaba hablando de la Dignidad,
el cuarto espíritu del Universo.”
−“¿El cuarto espíritu, señora Oakes?
¿Más divinidades?”
−“Sí pero no, Nike. Los Espíritus
del Universo son más de ocho y es imposible contarlos. Los Espíritus son los
servidores, los ángeles del señor. Y ellos, como los motivos de Verôme, también
hacen las leyes del Universo.”
−“Y el re-speto?”
−“El re-speto es como el amor. Es
indefinible, pero todos lo entendemos. Es otra doble faz, como el
Re-conocimiento de la Aceptación, o quizá también sean lo mismo. Aceptación, de
ti mismo y de los demás. Y recuerda que para que tú llegaras a la Aceptación, o
a la Libertad, tuviste que ser llevado a la tienda del cuarto. Al respeto, a la
Urgencia y a la Dignidad. Aceptaste a Miguel y John y te empezaste a aceptar.
Mira, Nike, si las definiciones no nos sirven, tenemos que crearnos nuestras
propias definiciones. Una vez busqué en un diccionario Dignidad y no me dijo
nada. Así que tal como yo la veo, pero si no te vale busca un día tu propia
definición, la Dignidad es darle a todo, a ti mismo, a los demás y a las
palabras de los demás, su justa medida. La Sabiduría sólo es creadora cuando
previamente ha bebido en las fuentes de la Dignidad. Entonces, aceptando, das
la medida, respetas y eres digno. ¿Comprendes?”
−“Con mucha dificultad, señora
Oakes. Sólo te puedo decir que sí veo a Bruce en la Dignidad. Pero entonces
¿todos sois también un número?”
−“Todos somos un número del uno al
siete y ahora sé que tú eres el ocho. Pero de algún modo preveo que también
tendrás que ver con el sesenta y con el tres.”
Empezaba a re-lacionar.
−“Lucy me dijo algo de que también
buscaba el tres.”
−“Cuando lo encuentre quizá sea
también tu tres. Pero la numerología se mira en un espejo y se cree perfecta,
porque todo conduce a todo, si encuentras las re-laciones. Nike, antes de que
me preguntes, te recordaré que en Babilonia tenían el sistema sexagesimal. Y no
seré yo quién te explique tu 60. Todavía no estás, pero estarás en él, como
estarás en el tres. ”
Estuve en el sesenta y en el tres. Ella me había profetizado todo el
camino. Pero como yo con Ré-gulo o vosotros con vuestras nuevas estrellas, iba
a tardar en verlo si es verdad que mi Verôme iba a ser largo, lento y doloroso.
Pero perdona que me haya desviado. Ella se estaba ocupando del 4, no del 3.
−“La Dignidad también tiene una
doble faz. La Sabiduría no se entendería sin ella, o sin la Urgencia, que
también está en ella. Y está también en nuestro cuarto código. Y estos sí que
no los inventé yo. La Urgencia es una fuerte necesidad de, una vez que amas o
respetas, tener que decir algo que te ves urgido a decir.”
No había, hasta esa mañana, oído hablar de los Códigos. Mi cara hacía
las preguntas que mi voz vacilaba en hacer.
−“Sí, Nike. Tenemos unos códigos.
Sólo los mendigos de la Mano Cortada. Perdóname por no contártelos aún. No ha
llegado tu hora. Pero también los conocerás. Sigamos de signo en signo.”
−“¿Signos?”
−“Motivos de Verôme, dones, signos,
espíritus del Universo. Tienen muchos nombres, pero todos vienen a ser lo
mismo. De la Dignidad se pasa a la Grandeza. Otra palabra imposible. La
Grandeza es algo más que magnitud. Tal como yo la veo es despojarse de lo
innecesario. Si sigues mi camino la Sabiduría pasa por la Dignidad y después ha
de desnudarse para producir la Grandeza. Ésta sólo ha de llegar si viene
desnuda.”
“El hombre libre tiene que quedar desnudo…”, había dicho Miguel, a quien
correspondían la Grandeza y el 5. Pero él sólo se completó cuando encontró a
John, su Claridad.
−“Sé lo que estás pensando y te digo
una vez más: exacto, Nike. Miguel se completó en el sexto, cuando llegó, como
nosotros al fin, al sexto signo, la Claridad. Yo la veo como la inspiración
originaria una vez que has aprendido a ver las cosas y estrenar los ojos.
Cuando has sido sabio, has puesto Dignidad y has alcanzado tu Grandeza al
despojarte, la luz te deslumbra con su Claridad. La inspiración que ha llevado
al pintor a ver en unas manzanas un bodegón, re-creándolas; o como la música,
que es como la sangre bajo la piel de los objetos. Quizá por eso Verôme fuera
pianista. Y yo te digo, Nike, que sólo tú podrás un día, si te lo propones,
percibir la música de las esferas. O como la literatura, que es un parto
laborioso y sólo cuando das a luz puedes tener descanso. No hay arte sin
Claridad. Pero serán la Sabiduría, la Belleza y la Conmoción quienes únicamente
darán luz a la creación.”
Un día volví a re-interpretar esas palabras y me conmoví. ¿Había algo
que esa mujer no supiera sobre mí? Hasta de mi futuro. Pero tuve que moverme de
mordedura en mordedura, o de sobresalto en sobresalto, para llegar a alguna
luz. Y no descansé hasta que viajé hasta Ré-gulo. Y sólo gracias a ti dejé un
día de viajar y alcancé mi puerto: Ré-gulo, mi inspiración, mi ballena blanca.
−“Y no habrá arte sin su hija, la
Belleza −me seguía diciendo−. Con la Claridad ya puedes re-crear y no van la
una sin la otra. Así que ya hemos llegado a ella. Vamos por Luke. Belleza es una
palabra sagrada que se está degradando, y que acabará sustituida vilmente por
su bastarda estética. Esta infame es hoy todavía usada sólo para referirse a la
belleza de los cuerpos y aún no hemos llegado a decir: qué estéticas son las
estrellas. Pero se dirá. La Belleza es divina; la estética es diabólica.
Afortunadamente Luke no se cuida de la bastarda y para todos ha sido Belleza.
También para ti −diría que me volví a asustar si no te reiterara que ya había
dejado de preocuparme que esta mujer me estuviera leyendo. Y una vez más lo
hacía−. La diosa Belleza abre caminos, mata los obstáculos y calma corazones,
porque ya te expliqué que con ella viene la amistad. Y si tú y Luke ya os
habéis llamado amigos, ya estáis más cerca de la Belleza. Porque ahora llegamos
al final de Verôme en positivo. No temas nada, Nike, pero tú eres la Conmoción,
el octavo signo.”
No dije nada. Ni siquiera mi cara protestó. Sencillamente, me temo que
no la creí.
−“La Belleza conmueve, crea su
efecto, su consecuencia. Tu obra de arte ya está lista para transmitirse. Quizá
en los signos que me faltan esté permitido crear.”
Súbitamente, me puse a contar los planetas del sistema solar. Pero no,
pensé, me estaba pasando de listo por demasiado re-lacionar. Otra vez ella me
leyó:
−“Sé lo que estás pensando, Nike. Yo
también lo he pensado. Pero o bien encuentro pronto los tres signos que me
faltan o bien Plutón no es un planeta.”
−“Te interrumpo de nuevo, perdóname.
Pero ya sabes que el hombre que casi tiene tu nombre me habla a menudo de once
dimensiones, y asegura que Plutón no es un planeta. Ella no lo pudo ver porque
tal vez aún no se había descubierto, y creía con fe en la astronomía tal como
estaba en su año 29.”
−“Sí, es verdad que el señor de los
gatos, como yo le llamo, re-laciona muy bien. A mí también me ha hablado de
todo eso. Estoy deseando que él también entre en la historia.”
−“Pero con los ocho signos actuales,
puedes re-crear y conmover. Para que tú hayas aceptado el octavo signo, Nike,
has tenido que viajar antes por los siete, que ya te deben haber llegado, y
querernos y respetarnos a los siete, desde tu Libertad, que aceptaste con las
manos desnudas. Antes incluso de ser consciente de que tenías un corazón en muy
buen estado. Pero quizá es que también hayas vivido los otro ocho signos, pues
faltan los ocho negativos. Que también son positivos.”
−“¿También son positivos?” −Cada vez
entendía menos.
−“Positivo y negativo son dos
palabras que no me gustan mucho. Porque todo vale para evolucionar. Piensa en
las lágrimas o en la fértil tristeza. Pero los llamaré ocho signos negativos
para que podamos entendernos. Nike, los motivos de Verôme quizá puedan llegarle
a todos los hombres, los positivos y los negativos, mas eso sí que no lo sé.
Pero será más fácil explicártelos, los signos negativos, si piensas en los que
están en la base de la pirámide social, los mendigos. Piénsalo bien antes de
responderme. ¿Qué es lo primero que crees que ataca con fuerza desgarradora a
los mendigos?”
−“¿El hambre?”
−“No, Nike. El Hambre viene después.
Imagínate por un momento en la calle.”
−“Ah. Me parece que lo veo. Antes
del hambre, si yo estuviera en la calle, creo que sentiría mucho desconcierto,
mucha desorientación.”
−“Cree en ti, Nike. Acabas de verlo.
No saber qué tienes que hacer, cómo, cuándo, dónde. Esa desorientación se llama
Penumbra.”
Comprendí por qué Luke había dicho que ese nombre iba con ella. Su
Penumbra quería tan sólo que sus códices cifrados, los libros del Universo,
quedaran desvelados. Podía imaginarla el primer día, antes del Hambre,
desorientada. Querida señora Oakes. Sentí deseos de darle un nuevo abrazo.
−“Pero la Penumbra tiene una segunda
faz, mucho más terrible. Imagínatelo, Nike. De no saber qué tienes que hacer un
día a no saber si tendrás que hacerlo todos los días, el diablo siempre, un
truhán que se recuesta en tu secuencia temporal con ánimo de alargarla y
hacerla eterna: es lo que yo llamo el Horizonte. Detrás de él ahora sí que
viene el Hambre.”
Debía de ser Olivia entonces.
−“Si soy capaz de seguirte, a Olivia
le ha tocado la peor parte: el Horror y el Hambre. Pero Hambre habréis pasado
todos.”
−“Todos, Nike. Pero ella siempre
tiene Hambre, que arrastra de la falta de alimento de muchos días de muchos
años. Incluso cuando acaba de comer. Pero es que el Hambre también es el vacio,
la necesidad, y ésta no es siempre de alimentos. Sé que me entiendes. Seguro
que ya has pasado por ahí. Llámale al Hambre por su doble faz, por su segundo
nombre Soledad, y seguro que me entiendes. Y después del Hambre viene el Frío.
O cualquier inclemencia del tiempo, también el calor. En la calle se sienten
más.”
−“¿También la niebla?”
−“No. La niebla está en el primer
signo, en la Penumbra, la que impide ver el Horizonte de esta Ciudad nebulosa.
Pero a un mendigo lo atacan con fuerza el frío y el viento.”
De los vientos de Olivia había venido el frío de su hija. Me acordaba de
Lucy acurrucada en la manta junto a Luke. La niebla, el viento y el frío. Por
un momento pensé que la señora Oakes iba a poner en orden cronológico hasta el
clima. Pero ahí paró.
−“Para el cuarto signo piensa mejor
en que llevas unos días en la cuarta casa, la tienda de Bruce. ¿Qué le sigue al
frío?”
−“¿La miseria?” −tanteé tras un rato
de mucho pensar.
−“Aproximadamente, porque la miseria
está en todos, pero sobre todo en el cuarto signo. Nike, tras desorientarte,
pasar Hambre y pasar Frío, empiezas a notar todo lo que también te falta: ropa,
jabón, muebles, fotografías de los seres queridos… Ésa es la Escasez. No es de
extrañar que con tanta carencia, detrás de ese rufián venga la Tentación.”
No podía imaginarme a Miguel con tentaciones, ni menos, cuando
seguidamente la conocí, con su segunda faz, que ahora me explicaba.
−“La Tentación es el deseo de no ser
tú, de abandonar todas tus sendas. Y si lo llegas a hacer, puedes caer en su
retoño, también del quinto signo, la Traición. Nike, de pequeña acostumbraba a
leer la Biblia pues soy hija de un sacerdote. Y no me mires con esa cara de
extrañeza. Mi padre fue presbiteriano, y yo también lo soy al fin y al cabo.
Asimismo fue sacerdote el padre de Luke, pero católico, y tuvo que abandonar
sus votos para casarse y engendrarlo, y así pudo seguir nuestra explosión,
nuestro big bang. A nuestro pequeño Universo ya sólo le faltas tú. Veo que no
te asusta oír las cosas.”
−“Quizá no temo porque mi sino, más
que el terror, puede ser la incredulidad, que me ha acompañado toda la vida.
Algo me impide creer. Pero me tienes subyugado con tu historia. Sigue, por
favor.”
−“Nike, la primera tentación que
aparece en el Génesis es la conocida de Eva y la serpiente, pero yo veo una
previa, y el inspirador, quién lo diría, en este caso fue Dios, un dios que
para mí, desde ahí, dejó de tener sentido. Es lo del árbol de la ciencia del
bien y del mal. Igual soy, como tú, algo descreída, pero a partir de ese punto
no entiendo a Dios. Hizo la perversidad de crearlos con cerebro, pero no les
permitió a Eva y Adán usarlo. Y después planta el conocimiento en el centro del
jardín, el árbol más tentador, la fruta más bella. Que me perdonen los
creyentes pero para mí Dios los estaba instigando a caer, y lógicamente Eva y
Adán cayeron cuando Él quiso. Y por tanto es difícil decir quién traicionó a
quién, pero hubo una Traición. Pero si conoces a Miguel, te diré que ha tenido
tentaciones, y tendrá más, pero que ni caerá ni traicionará. Su Dios-Destino no
ha querido que caiga ni que traicione. Quizá porque se complete con John en el
sexto signo. Pero perdóname, Nike, el sexto signo por ahora para ti está
celado, porque no estás en la calle, y sólo los mendigos conocen su nombre.
Pero podrás entenderme a medias si te digo cómo se lo conoce también: la
Invisibilidad. Con este nombre es muy fácil de entender. Algo hace que los del
otro lado no quieran ver la miseria, y casi no nos miran o no nos ven. No
estamos. Se ponen una visera y no existimos. Pasan de largo sin rozarnos,
porque si nos han visto, no han querido percatarse. Y para saber qué signo le
sigue piensa en Luke, o también en Bruce, porque ya te conté que todo está en
todos.”
−“¿La suciedad?” −me atreví a
preguntar a media voz, temiendo ofenderlos, u ofenderla.
−“Sí, la Suciedad. Pero ahora
entenderás por qué un día llegarás a comprender mejor tu mundo con Luke, porque
has mirado por el cristal sucio. Pero él no ha sentido con ella lo que podrías
sentir tú, porque el octavo signo negativo te corresponde también, Nike. Casi
todos los mendigos la han sentido algún día: la Vergüenza. Al fin y al cabo la
has sentido ya, estoy segura, por tu pasado; está por verse si la sentirás en
el futuro. En tu presente no, porque ahora estás en la tienda de Bruce, la
Dignidad, y te estás acostumbrando a dar a todas las cosas su justa medida.
Porque llevo un buen rato hablándote de los ocho negativos y aún no ha salido
el gran estigma de los mendigos, la doble faz de la Vergüenza, la Compasión. Yo
cambiaría su sucio nombre por solidaridad, o por ternura, hija también de la
Conmoción, tu hija, Nike. Te puede morder un día, pero sí veo que aún no.
Porque no nos compadeces. Y te lo agradecemos. Aceptación, siempre doble. Como
no ves la Compasión para los demás, puedes no llegar a sentir para ti mismo a
su hermana la Vergüenza. El tiempo dirá. Y no sé cuánto tiempo quedará para que
termine agotándote, pero es que los dieciséis signos también se pueden leer en
zig-zag, en ambos sentidos. Acabo ya, Nike, así que no nombraré los dieciséis;
sólo algunos. Veamos, empecemos por la Libertad. Se nutre de desconcierto, de
Penumbra, y se llega al necesario Horror, que da la Soledad-Hambre que se
necesita para la Sabiduría. O vistas al revés: Sientes Penumbra en tu vida
hasta que un buen día tomas la Libertad, pero con ella sola no se llena tu
Hambre, tu vacío, y sientes Horror, que con el Frío se convierte también en
desesperación, tras la cual aguarda, como quizá un día también te suceda, la
piel y la sangre de la Sabiduría. Pero el día que estés a punto de congelarte,
Nike, si te queda un átomo de recuerdo, piensa en lo que te dije, y como
siempre habrá al menos cuatro caminos, ten confianza. De la mayor desesperación
vendrá a poseerte la felicidad. Y ésta te llegará de la mano de la Belleza,
para que pueda al fin parirte, Conmoción. Pero aunque la cuenta de los dones
está cerrada, aún tengo mis dudas. A veces pienso que el sexto y el séptimo
signo son intercambiables, o si no piensa quién te ha llegado primero: John o
Luke. Quizá los dos a un tiempo. Nunca sabré si de la Claridad nace la Belleza
o de la Belleza la Claridad. Y ya acabé. Nike, ¿en algún momento has sentido
miedo?”
−“No sé si alguna vez tendré miedo a
ver. Quizá a hacer. Pero a lo mejor, y no habla el miedo por mí, yo no soy el
octavo.”
−“El hecho de que hubiera un día una
serpiente con el único objetivo de traerte con nosotros. Esa serpiente nunca
reaparecerá. Eso sí que lo he visto ya. Pero fugaz o permanente, eres el
octavo. Lo supe cuando tuve mi visión, la que ya conoces, el 27 de julio. ¿Por
qué precisamente entonces, Nike? Te lo diré yo. Fue a última hora del primer
día que fuimos ocho. Yo creo que no podía ver mi muerte hasta que no
estuviéramos todos. Las leyes del Universo no son tan injustas. Y al verte por
primera vez, te reconocí. Nada pasa por casualidad. Hace tiempo que lo aprendí.
Debí haberlo recordado.”
−“O re-cordado”
−“No te rías de mí, chico guapo.”
−“Reírme de ti, o de vosotros, es lo
último que haría, señora Oakes. Pero ¿qué voy a hacer ahora?”
−“Sí. Vuelvo a ver que tu miedo no
es a ver, sino a hacer. No tengo la respuesta, Nike. Puedes sin temor ahora
buscar tu Re-conocimiento de la Aceptación, dialogar con él. Pasea, nada, mira,
busca. Más o menos largo tu camino, sabrás por dónde caminar. Y si mi historia
es una locura, piensa en cómo surgió también un big bang, literario, cuando
alguien re-creó la historia de un loco, compatriota de Miguel. Habla con él
también. Algo tiene de Caballero de la Triste Figura. Y al fin te dejo, chico
guapo. No pierdas el juicio. Pero si lo perdieras, cuida que sean luminosos los
rayos de tu big bang.
Me quedé un rato sintiendo el vértigo, antes de recordar, o re-cordar,
que quería re-conocer los alrededores. Tengo aún mucho cuatro de agosto que
contarte, Protch. Un día fecundo. Sólo me quedé en la tienda diez minutos antes
de atreverme a salir. Reflexionaba si mi camino, como ella me había dicho,
habría de ser largo, lento y doloroso. O quizá me estaba nombrando, como
camino, el cuarto tiempo, la secuencia temporal de Lucy. Tal vez todas las
direcciones; o tal vez sólo el pasado. Pero no dejé que mi estrenada Libertad
me llevara al Horror. Fuera como fuere, ella sólo había venido a contarme un
cuento. No había creado, sólo había re-creado.
Un cuento algo enredado, pero entretenido.
ResponderEliminarPreciado amigo... Al fin lo terminé!! :) ... Las vicisitudes del diario vivir se ensañaron para que me costara todo un tiempo para acabarlo, pero todo tiene su fruto Germán... Tal vez necesitaba Re-conocer, Re-crear-, Re-dimirme y todos los Re... que se te ocurran. En verdad, hoy más que nunca estoy convencida que nada es casual, todo tiene una causa, llegó en el momento justo y preciso... y te voy a estar eternamente agradecida por ello mi querido amigo. Ya te lo dije antes, me siento completamente identificada. Y... sino lo había podido leer, ahora estoy convencida que era porque no era el tiempo, y ya... si... :)
ResponderEliminarFascinante relato de la Señora Oakes que cristaliza en toda una cosmología en la que los siete (o los ocho) están presentes. El Universo como principio femenino, el Destino...esos ríos que van a dar a la mar que NO es el morir, sino un cambio de estado. Todo está previsto, todo es causal, nada casual, nada azaroso y...sin embargo, todo ello como Bueno y Bello...igual que en aquel Mundo de las Ideas platónico.
ResponderEliminarSerás mi nieto, octavo motivo de Verôme, da igual unos días aquí que el resto de tu vida. Verôme largo, lento, doloroso -se insiste en ello.
Nike: Conmoción, octavo signo. Designio de los astros, del Destino...
Nike: incredulidad, desorientación... ¿Acaso superar la Penumbra?
Inor
TITULO DEL COMENTARIO (no leer hasta el final)
ResponderEliminarPrimer concepto "fábular", (que no fábula). Vamos a llamar "fábular", porque es difícil encajar en cualquier género este cuento que por nacer libre se hace inadjetivable, y como esta palabra que tiene sentido en nuestra mente, y no lo tiene en la RAE, también así este cuento entra en nuestro imaginario aunque se desvincule, por su naturaleza, de la realidad. ¿Toques de existencialismo?. Como que el Hombre (evolucionado a Dios hacedor de universos) es a partir de una elección de ser y de relaciones fundamentales, talvez, difícil conjeturar sin equivocarse, entonces prefiero dejarlo en estilo libre.
Otro de los conceptos que barajaba a la hora de conceptuar este capítulo era "Extraño". Lo extraño o insólito es una categoría que agrupa a aquellos relatos en los cuales las causas, aparentemente sobrenaturales e inexplicables por vías racionales terminan por tener una explicación; parangón que concuerda con las leyes del mundo conocible. Lo maravilloso es la imagen que refleja lo insólito, en este capítulo la incertidumbre es despejada, pero su explicación remite a nuevas leyes que no van de acuerdo a nuestra realidad conocida.
Siempre que hablamos, tabulamos, y nuestro lenguaje no es más (pero tampoco menos) que un constante "fabular" mediante personajes, metáforas e imágenes. Mitos que integrados a la vida cotidiana expresan actitudes fundamentales de la sociedad a modo de figuras, metáforas e imágenes vinculadas con las supersticiones, tradiciones, creencias, ritos e idiosincrasia de los pueblos.
¿Enrevesado?, ¿lioso?, podría ser, "As You Like It" (Shakespeare said), pero el autor nos ha acostumbrado a leerle despacio, a interiorizarle, y sí a esto unimos el lenguaje de la Sra. Oakes puede resultar complicado de una primera lectura querer entenderlo, pero ni una segunda, ni una tercera, ni........, porque el fonema se pierde cuando se encuentra el significado, (nació la fábula, hija del mito y de la poesía, como primer tartajeo literario de la humanidad), y es así que no entendemos el significado de los balbuceos de un niño, pero empatizamos con ellos.
Y su concepto de Dioses Ateos (en contraposición de los Dioses Exteriores Lovercraftianos) surge de una idealidad cíclica humana y como paso evolutivo que no es más que una regeneración cuasi infinita de Universos, una evolución basada en conceptos y decisiones. Es ahí donde el autor teje sus más enrevesados e interesantes pensamientos, parece que todo es poco, analogías, cultismos, reflexiones, existencialismos, casualidad y causalidad conforman un nuevo universo literario, abrumador y extenuante para el lector, ¿entonces porque no se rehúye su lectura?, porque el conjunto resulta ágil, interesante, cautivador y dador de categoría al lector satisfecho de superar tan dura prueba a la que es sometido.
Desde luego, en este capítulo "Luces de la Tierra" no se vuelve una novela "de fantasía", esa categoría estrecha y ñoña, propia de nuestra época en la que se nos enseña que la lectura es evasión: mera anestesia, escape temporal o reafirmación de los valores del mundo "como debe ser". Pero sí resulta una novela en la que la imaginación fantástica, empleada como asiento de una idea de la vida que se podría considerar ilusión, gana, aunque sea de manera no sutil, aunque sea por un capítulo, a la supuesta sensatez de quienes son los que más hacen el ridículo: los que no pueden entrar en la fantasía.
Si por ventura, lector curioso, eres poeta, y llegare á tus manos (aunque pecadoras) este "Viaje"; si te hallares en él escrito, y notado entre los buenos poetas, dá gracias á Apolo por la merced que te hizo; si no te hallares, tambien se las puedes dar. Y Dios te guarde. (PROLOGO: VIAJE AL PARNASO/CERVANTES)(acentuación original).
Y ahora si, ahora podéis leer el título de este comentario:
DIOSES Y UNIVERSOS "LLANESIANOS"
Pol